Detalle de las hojas del aliso |
NOMBRE EN ASTURIANO: umeiro, omeiro
NOMBRE CIENTIFICO: Alnus glutinosa
El aliso es el árbol por
excelencia del bosque de ribera en nuestros ríos. Junto a sauces, fresnos,
avellanos y falsos álamos, conforman la principal vegetación arbórea de estos
bosques ribereños. Es un árbol muy común en Europa y que también está presente
en el sudoeste de Asia.
Aliseda ribereña en el Narcea |
Estamos ante un árbol de hoja
caduca, que tiene su hábitat en las riberas de ríos y arroyos además de zonas
pantanosas y encharcadas, lo podemos encontrar desde el nivel del mar a los
800-900 metros de altitud. Alcanza alturas superiores a los 20 metros y en
algunos casos, diámetros considerables.
Tiene una gran frondosidad, con
copas anchas y muy pobladas. Sus hojas son de verde oscuro y forma redondeada.
Su floración, es anterior a la salida de las hojas, en los meses de Febrero y
Marzo, con flores masculinas y
femeninas, las primeras, de mayor tamaño y color rojizo y las femeninas más
pequeñas y de una tonalidad más oscura.
Detalle de su floración en el invierno |
Produce unos frutos en pequeños
grupos, similares pequeñas piñas de color negro al madurar, que contienen las
semillas. Estas semillas, tienen un reducido tamaño y pueden desplazarse a
muchos metros de distancia, arrastradas por el empuje del viento.
Uno de los aspectos por lo que
más destaca este árbol, es por su intrincado sistema de raíces. De la raíz
principal, salen multitud de raíces secundarias y terciarias, muy superficiales
que se extienden a una considerable distancia del tronco, en muchos casos
dentro de los propios cauces de ríos y arroyos.
Alisos podados, se aprecia el color rojizo de los cortes efectuados en el árbol |
Su madera, es blanquecina, pero
al cortarla adquiere un tono rojizo o anaranjado que caracteriza a esta
especie. No es una madera muy apreciada en ebanistería, ya que es muy blanda y
quebradiza. Solo se aprovecha en contrachapado, para la imitación de maderas
nobles.
Sin embargo, si tiene una gran resistencia a la humedad constante. Nuestros antiguos pobladores conocían perfectamente esta característica y se aprovechaba para la construcción de “banzaos” o para las pilastras de los puentes. El constante aporte de humedad, hacía que la madera se conservase perfectamente, cuestión que no ocurre al aire libre, en el que la madera de aliso, se deteriora en muy poco tiempo. Desde muy antiguo, se conoce esta cualidad, los palafitos del neolítico, ya se edificaban sobre pilastras de aliso en muchas partes de Europa.
Su extensa raiz, protegía las riberas de la acción de las riadas |
Etnográficamente, podemos
destacar, además de su aplicación para las construcciones fluviales su
aprovechamiento como fijador del terreno. Su gran capacidad reticular ofrecía
un freno a la erosión fluvial, lo cual era aprovechado por los campesinos para
preservar sus propiedades ya que los dejaban crecer en las orillas de sus
fincas ribereñas. No obstante, su gran frondosidad, hacía que todos los años,
estos alisos se “fradaran” (podaran) para que su sombra no mermara la capacidad
productiva del prado. No debemos olvidar, que su nombre en el asturiano de esta
zona, “omeiro”, proviene del latín umbra-ae, (sombra).
Su leña, al no posee un gran
valor calorífico, era despreciada en beneficio de otras especies. El refrán que
hace referencia a la leña del aliso, es suficientemente clarificador “L.leña
omeriza, nin fueu, nin ceniza, nin honra pal que tiza” (leña de aliso, ni
fuego, ni ceniza, ni honra para el que atiza).
Alisos en el Paseo de las Aves. Pilotuerto (Tineo) |
La ya aludida gran capacidad de
expansión de sus raíces, también nos da un gran valor para la biodiversidad
acuática. Estas raíces, son refugio de peces, anfibios e insectos, que en estas
marañas de raíces, encuentran un refugio perfecto. Los antiguos “truiteiros”,
especialmente los que pescaban a mano o a nasa encontraban en estos “raizones”
(raíces) puntos adecuados para sus capturas.
En resumen, un árbol íntimamente
asociado a la humedad y especialmente al paisaje de nuestros ríos, formando las
alisedas ribereñas que tanto valor para la biodiversidad poseen.